America Sanchez
Retratos románicos. Tintas sobre papel

del 28/01/2016 al 28/03/2016
Museu Nacional d’Art de Catalunya
Barcelona.
http://www.museunacional.cat/es/america-sanchez

Hay dibujantes que tienen la mirada primigenia, que saben atrapar su presa al vuelo, que de un flechazo miran como si fuera la primera vez que alguien ve. America Sanchez dibuja desde hace muchos años con ese tipo de mirada. Se pasea, por ejemplo, por las salas románicas del Museu Nacional d’Art de Catalunya, y ve. Y mirando descubre que nuestros rostros son románicos, que los que vivimos en las calles de este lado del mediterráneo, somos tremendamente románicos.

Empezó a dibujar hace veinticinco años tras visitas casi furtivas al museo. Esbozaba los pequeños rostros escondidos en pinturas murales, frontales de iglesia, ábsides. Al principio intentó mantener la paleta cromática del románico pero pronto rompió ese código para introducir una gama viva de colores que desobedecían el espectro original. Fidelidad al dibujo, adulterio al color.

Emmanuel Lévinas señalaba que el rostro es el modo en el que el otro se nos presenta y nos expone su «forma». Celebramos el rostro representándolo. America sigue dibujando en las salas del museo porque quiere entender los estilos del románico, educar su mano para deducir los gestos de aquellos pintores lejanos. Dibujar cómo dibujaron ellos, ser un poco románico. Pero sobre todo para entender el misterio que encierran esos rostros tantas veces vistos, que han acabado siendo, nos dice, «como mi familia».

America Sanchez (Buenos Aires, 1939) es diseñador gráfico, fotógrafo y dibujante. Vive en Barcelona desde 1965 donde se ha dedicado al diseño y a crear la identidad gráfica de prestigiosas instituciones y empresas. Fruto de sus paseos y de una intensa mirada hacia la ciudad, surgió el influyente libro Barcelona Gráfica. Entre otros reconocimientos, destacan el Premi Nacional de Disseny (1992), el Premi Ciutat de Barcelona (2001) o seis premios Laus.

La Vanguardia / Cultura
Barcelona

Un infiltrado en el MNAC
America Sanchez expone una colección de retratos inspirados en la colección de románico, que el creador lleva al terreno del pop, el cómic o el grafiti

TERESA SESÉ, Barcelona 29/01/2016

Diseñador gráfico, fotógrafo, dibujante, y calígrafo outsider, America Sanchez (Buenos Aires, 1939) llegó en 1965 a Barcelona para quedarse. Sus huellas pueden rastrearse por toda la ciudad (de la identidad corporativa del Barça o Tricicle a la bolsa de Vinçon, pasando por el logotipo de los Juegos Olímpicos del 92 o el rediseño de los taxis), pero como todo buen creador –y, desde luego, él lo es– tiene golpes escondidos. Desde hace más de veinte años es un asiduo visitante del MNAC, escenario donde en los últimos años ha adoptado una identidad secreta: la de artista infiltrado en las salas de románico. Allí, en los rostros escondidos en las pinturas murales, ha encontrado inspiración para una deliciosa colección de retratos que, de forma inteligente y divertida, conectan un arte producido hace casi mil años con el pop, el cómic, el grafiti o el art-brut.
El primer sorprendido de la empresa (más de 200 rostros en tintas sobre papel antiguo) que sigilosamente estaba realizando puertas adentro del museo fue el director, Pepe Serra, quien al ver los dibujos tardó apenas unos segundos en ofrecerle una sala para mostrarlos al público. Dicho y hecho, Retrats romànics puede visitarse desde ayer y hasta el 28 de marzo en el espacio dedicado habitualmente a actividades educativas en la sala oval. “Es una excelente vía de entrada a la colección”, con­sidera Serra. “Los dibujos son como unas gafas que de pronto enfocan unidireccionalmente a los rostros, los hacen más visibles y nos descubren hasta sus más pequeños detalles”.

America Sanchez explica que quedó “flechado” por el románico desde su primera visita al MNAC, a los pocos días de llegar a Barcelona, pero lo más sorprendente sería algo que iría descubriendo con el tiempo: “He visto mucha gente de verdad por la calle que mira, ríe, camina o habla como si acabara de salir de una pintura mural”, asegura, mientras busca entre los invitados que han acudido esta mañana a la inauguración el rostro de una mujer que cada día se colaba en su casa y a la que considera su “musa románica”: la periodista y presentadora de TV3 ­Agnès Marquès, que no conoce personalmente pero se muere de ganas por dedicarle un retrato. No ha venido, ­lástima.

En los dibujos personales y disfrutables de America Sanchez confluyen ese sentido del humor que marca el tono de buena parte de su obra, su admiración por la cultura popular y el respeto por la tradición. Los originales, realizados en tinta de colores sobre papel de una libreta notarial del siglo XVII rescatada del mercado de Sant Antoni y otros fabricados en el Molí Paperer de Capellades se muestran en vitrinas, mientras que en las paredes cuelgan reproducciones. “Me he desmadrado en el color pero con la forma he sido muy fiel”, admite, y en ese sentido dice que “hay sido muy emocionante seguir el trazo de los pinceles de pintores que lo hicieron hace 800 años. La sensación es la misma que si estuvieras tocando una partitura musical antigua”.

Además de esta colección de retratos, el creador, de 76 años, tiene ya listas otras cuatro centradas en las manos, los pies, las plantas y los animales y cuya presentación está prevista esta misma temporada en el Espai Guinovart de Agramunt. La obra de America Sanchez ha obtenido seis premios Laus y está presente en la Biblioteca Nacional Francesa, Museo Aurillac, Museo de Bellas Artes de Huston y en el MoMA de Nueva York.